Desde que tenía cuatro años, el fotógrafo Claudio Contreras Koob ha estado obsesionado con los flamingos. Con el apoyo del Programa de Conservación de Flamingos de México, Koob pasó varios años recopilando las imágenes que componen su libro. La conservación de los flamingos ha sido una de las principales prioridades de México desde los años 70 y 80, cuando estableció dos reservas federales de humedales en la península de Yucatán, que posteriormente fueron designadas Reservas de la Biosfera por la UNESCO. El cambio climático y la subida del nivel del mar amenazan su hábitat, y el turismo también influye. Aunque la colonia de anidación está cerrada a los turistas, hasta 50,000 visitantes acuden a ver a los flamingos en Celestún cada año, lo que puede alterar sus hábitos alimenticios. Con su recopilación visual, Koob espera que sus retratos ayuden a otros a "enamorarse de los flamingos" y les inspiren a cuidar de ellos, además de concientizar a las comunidades.
La Máscara de Calakmul es una pieza elaborada en mosaico de jade, concha y obsidiana gris, cuya antigüedad se ubica entre 660 y 750 d.C., y forma parte del ajuar funerario que portaba un antiguo soberano maya. Desde su descubrimiento en 1984, se volvió representativa de esta ancestral cultura. Por su belleza y connotación sagrada, el jade era el componente esencial de las máscaras mortuorias de los antiguos soberanos mayas. El ajuar funerario les otorgaba la identidad que debían portar en su paso al inframundo, y la máscara les daba el rostro del dios del maíz.