Desde que se gira la llave de este coche se nota que el gorgoreo del escape es gordo y grueso, incluso es semejante al de un bloque grande. Un empujón al pedal confirma la sospecha de que no es normal, al poner el pedal al fondo uno se da cuenta de una gran sacudida contra el respaldo, cambios de marcha a 6,000 rpm bajo un estruendoso rugido. La posición de manejo es de lo mejor, con asientos de piel que tienen una buena sujeción siempre y cuando peses 120 kilogramos. La habitabilidad es la normal en un muscle car, comodidad para los pasajeros de adelante y una tortura para los de atrás. El sistema de sonido Shaker con 6 bocinas está enriquecido con radio satelital ideal para manejar un Shelby. Se recomienda el manejo en las perfectas carreteras norteamericanas que suavizan la sensación de dureza de la extremadamente firme suspensión FR-3 de Ford Racing, que incluye resortes especiales que reducen la altura del coche 38 mm, amortiguadores de gas, barras antiderrapantes de mayor diáme...