General Motors lanzó en el año 2010 el llamado a revisión de este modelo del mismo año, aproximadamente 2,394 coches Chevrolet Cruze que en ese entonces se encontraban en manos de los clientes para reparar una posible fuga en la manguera de combustible. El problema se encontró en un grupo muy pequeño de vehículos y no se tuvo lugar a ningún accidente ni reportes de lesiones atribuibles a dicha condición.
Sin embargo GM, advirtió que una manguera de gasolina no cumplía con las especificaciones internas. Los con potencial de falla fueron notificados por la marca de manera inmediata y asistieron cada uno de ellos a los talleres autorizados para realizar el cambio que no duró más de 30 minutos.