Cuando apareció el primer automóvil, nadie sabía la palabra silenciador por el simple hecho de que no existían. Los primeros automóviles eran muy ruidosos y molestaban muchísimo a los peatones y ciudadanos. Además, el ruido que provenía de un coche producía pánico en los caballos, el medio de transporte más popular de aquel entonces, lo que se convertió en una de las causas principales de todos los accidentes que surgieron en aquella época. Este hecho fue la razón principal para la creación de los dispositivos para reducir el nivel de ruido que salía del automóvil. Así, en el año 1894, en el coche Panhard-Levassor fue instalado el primer silenciador. Y en 1994 el silenciador “celebró” su primer centenario. Parece que nadie se acordaba de este invento, a pesar de que ha jugado un papel importante en el reconocimiento del automóvil como un nuevo medio de transporte. El nivel de ruido producido por los coches es mucho menor y no asusta a los caballos, ni molesta a los peatones.