Llegaron al sureste de Inglaterra en el año 2009 y ahí, en la zona portuaria de Bristo, decidieron empujar la tecnología hasta sus límites. Uno a uno, científicos e ingenieros se fueron incorporando al equipo que está diseñando el único automóvil del mundo que mezcla en su estructura lo mejor de la Formula 1, los aviones de combate y las naves espaciales. El Bloodhounds SSC, o auto supersónico a roto el record de velocidad que es de 1,228 kilómetros por hora, lo que equivale a viajar más rápido que el sonido y recorrer poco más de 1.6 kilómetros en un segundo.
El experto en Aerodinámica Ron Ayers está confiado que más adelante se romperá el record, lleva años analizando formas de superar los principales retos de proyecto, como conseguir que el coche permanezca pegado al suelo. A tal velocidad cualquier estructura tiende a elevarse y salir disparada por los aire, emplearon en este coche supersónico cálculos matemáticos y algoritmos para combatir esa tendencia y conseguir que avance de manera vertical.