Las minas de Real de Catorce fueron descubiertas en 1772. Desde sus orígenes se consideró que el mineral extraído de este lugar era uno de los mejores de toda la Nueva España. Con la introducción del ferrocarril, este pueblo se convirtió en un importante centro no solo minero, sino también comercial, dónde la vida se desarrolló de una manera a la vez próspera y glamorosa, considerado de alto poder adquisitivo de sus habitantes. Hacía 1905 Real de Catorce empieza declinar debido al uso de métodos de explotación obsoletos, a las constantes inundaciones y el abandono de las minas por parte de los propietarios. Hoy en día es un pueblo fantasma considerado Pueblo Mágico, se distingue por un largo túnel de acceso conocido como túnel de Organo de más de 2 metros de longitud, el acceso es controlado porque solo es de un carril. Hoy el pueblo sobrevive del Turismo y agricultura de la región.