Además de grandes aditamentos estéticos, como la nueva parrilla racing o las branquias laterales, hay que experimentar la gran cantidad de caballos de fuerza con los que cuenta. El coche es un prodigio de suavidad y redondo funcionamiento, pero ahora con una energía sobrecogedora que llega de su motor V8. Con mucho empuje a cualquier régimen, se puede rodar en sexta marcha a 1,500 revoluciones con la seguridad de que al pisar el acelerador tendremos una respuesta mucho más contundente de la esperada.
No hay vacíos ni entradas repentinas de potencia, la gráfica de sigue una línea ascendente y recta como una vela y eso permite tener el auto bajo un control total en casi todas las circunstancias.