BMW le hace cambios intermedios a su SUV High End. El más relevante es la implementación de dos motores que son capaces de dejarte infartado por su capacidad de acelerar y sus bajos consumos. Es el miembro más grande y veterano de la familia X, está atravesando por la última parte de su vida en su segunda generación. Para lograr trascender, como ha sido su costumbre desde la primera X, la firma alemana hizo un giro de 180 grados en su tecnología motriz e implementó los fenomenales motores biturbo junto con su nueva transmisión de ocho cambios y otros ajustes estéticos, para poder colocarlo otra vez en la parte más alta de la cadena alimenticia automotriz.
Sus motores son dinamita ecológica pura. Aparecen el nuevo y multipremiado seis en línea que ahora usa inyección directa de alta presión y dos pequeños turbo cargadores para generar 306 caballos de fuerza. El nuevo V8 de 4.4 litro es más potente pues también usa el mismo esquema de inyección y presión forzada elevando la potencia de 363 a 407 HP. No se puede dejar de nombrar a la nueva transmisión que hace un cóctel embriagante de aceleración y economía a la vez.